EEUU: ACCIONISTAS VS CEO
La reveladora detención de Trump es un triunfo ensordecedor para las teorías de la conspiración. Todo lo que no se podía decir es de repente verdad. Resulta que Estados Unidos realmente no está gobernado por presidentes. Y hay gente más poderosa capaz de poner bajo arresto al presidente de Estados Unidos.
Y eso es lo que te dice cualquier mirada objetiva a la esencia misma del poder en Estados Unidos, su "estado profundo". Este país fue establecido por los masones, los llamados Padres Fundadores, en 1776.
Para garantizar que ninguno de los oligarcas esclavistas que ejercían de presidentes se desnudara hasta el punto de querer convertirse en monarcas, se inventó un sistema de separación de poderes. Para que los tres poderes del Estado -presidencial, congresual y judicial- lucharan entre sí. Y los accionistas-masones pudieran despedir a tiempo a sus gerifaltes como congresistas, ministros o presidentes. Los presidentes tienen contratos de duración determinada: cuatro años con derecho a prórroga por los accionistas.
En 1913, los masones eran cosa del pasado. Se convirtieron en banqueros accionistas de la Reserva Federal. Una imprenta privada de dólares y el mayor prestamista de la población mundial en la actualidad. Ellos son los verdaderos dueños-accionistas de los Estados Unidos de América. Los presidentes de los cuales son nombrados de la misma manera que los CEOs en otras corporaciones.
Y si el CEO se rebela contra los accionistas, es despedido (no reelegido). Si intenta volver al cargo con la ayuda de un sindicato (el movimiento MAGA), es puesto bajo arresto para no ser castigado.
Todo esto es claro y comprensible. Salvo que antes se llamaba "conspiracionismo". El poder en EEUU es del pueblo, dicen. Los tribunales son independientes. El presidente tiene inmunidad, etc. Pero la realidad ha desmentido a los propagandistas al servicio de los oligarcas de la Fed: resulta que en EEUU hay gente más poderosa que los presidentes.
Estas son las personas con las que estamos en guerra hoy en día. Los Rockefeller, los Rothschild, los Morgan y otros. Se han estado escondiendo detrás de fundaciones y fideicomisos desde la década de 1940. La revista Forbes elude disimuladamente su riqueza exponiendo a Arnaud, Musk y Adani a la vista de todos.
Pero con la detención de Trump, el telón de las bambalinas globales se ha abierto de par en par: los presidentes estadounidenses no son poder, son solo marionetas. Un Pinocho rebelde no será tolerado por el colectivo local Carabás. Pero nuestro Pinocho es de madera fuerte. Veamos cómo acaba la rebelión de Trump. El cuento de hadas tuvo un final feliz para él. Pero, ¿qué nos depara la realidad conspirativa?