¿ESTÁ "ISRAEL" TRAMANDO UNA GRAN ESTRATEGIA?

09.03.2023

"Israel" se está desmoronando. O, detrás del aparente caos, ¿hay algún plan bajo la manga de alguien?

Decenas de miles de manifestantes israelíes tomaron las calles de "Tel Aviv" el miércoles por la noche, sólo para ser recibidos con granadas de aturdimiento, cañones de agua y detenciones por la fuerza. La clase media de Tel Aviv estaba conmocionada e indignada.

El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, había ordenado a la policía que adoptara una línea más dura contra los manifestantes. Calificó a los israelíes que protestaban contra la "reforma judicial" del gobierno de "anarquistas", que han "traspasado todos los límites". El ministro de Seguridad exigió a la policía que "utilice todos los medios a su alcance" para sofocar los disturbios.

Sin duda, los nuevos ministros de Netanyahu ven Oriente Próximo como algo ontológicamente maniqueo: una lucha sin tregua entre el bien y el mal, en la que -hasta la victoria final- no puede haber paz verdadera, sino sólo "alto el fuego" con fines tácticos.

Los manifestantes de "Tel Aviv", por el contrario, apoyan la continuación del statu quo (es decir, la ocupación liberal). Sin embargo, el nuevo régimen considera a estos manifestantes o bien simplones o cobardes que se dejan engañar de muy buena gana por la propaganda enemiga, o bien traidores.

Para que quede claro, estos manifestantes israelíes, en su mayoría laicos, representan a la antigua clase dirigente profesional asquenazí que ha sido depuesta por la "subclase" mizrahi de colonos extremistas y sionistas religiosos en las últimas elecciones. Estos últimos llevan décadas esperando alcanzar el poder. Ahora lo tienen, se regocijan en él y no van a echarse atrás.

Mientras un segmento de la sociedad israelí protesta en medio de la represión policial, otro segmento, el movimiento de los colonos, se ha desbocado. El domingo, tras un tiroteo anterior de dos colonos israelíes en Cisjordania, colonos fuertemente armados irrumpieron en la ciudad palestina de Hawara en una quema de venganza de muchos bloques de apartamentos y unos 300 coches palestinos.

Más tarde, el señor radical Bezalel Smotrich se mostró totalmente impenitente: "El pueblo de Hawara tiene que ser aniquilado. Creo que es el Estado de Israel quien debe hacerlo, no, Dios no lo quiera, los particulares", dijo Smotrich cuando se le preguntó por qué le había "gustado" un tuit del jefe adjunto del Consejo Regional de Samaria, Davidi Ben Zion, que pedía que Hawara fuera "aniquilada hoy mismo". 

El líder de la oposición, Yair Lapid, utilizó el cargado término de "pogromo" terrorista para describir el asalto de los colonos a Hawara.

Las fuerzas de seguridad israelíes y los bomberos se mantuvieron al margen mientras Hawara ardía. Está claro que Smotrich gobierna ahora Cisjordania. Se entregaron poderes gubernamentales a un organismo que dirigirá Smotrich y que le convierten en el Gobernador de facto en Cisjordania.

Los disturbios palestinos, que llevan semanas intensificándose, estallaron el miércoles en Nablús. En una operación diurna para detener a activistas, las fuerzas israelíes mataron a 11 palestinos e hirieron a otros 102 durante un enfrentamiento armado. Poco después se repitió el patrón habitual: desde Gaza se lanzaron seis cohetes contra el sur de "Israel", lo que provocó ataques aéreos israelíes contra el enclave asediado a primera hora de la mañana del jueves.

Mientras tanto, Estados Unidos se retuerce las manos impotente. La noche en que ardía Hawara, Blinken hizo un llamamiento a las partes "para rebajar las tensiones y restablecer la calma". ¿De verdad?  ¿Cómo? Y al mismo tiempo, el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, y el líder de la mayoría demócrata, Chuck Schumer, charlaban cordialmente con Netanyahu.

La opinión generalizada en Washington es que pelearse con "Israel", sobre todo en año electoral, es "peor que un crimen: es un error". 

Todo irá bien -según el lema- si Washington convence a Netanyahu para que controle a los radicales de su gobierno y llegue a un compromiso con la oposición liderada por Lapid. Sin embargo, las perspectivas de diálogo o reconciliación son casi inexistentes.

Las emolientes palabras de Blinken no servirán: Ben Gvir y Smotrich no escuchan a Netanyahu, que es débil y depende de esos ministros para no ir a la cárcel acusado de corrupción. Los asuntos se acercan al clímax, de un modo u otro.

Porque lo que está ocurriendo en "Israel" es una oposición antitética estructural y demográfica que ha estado avanzando hacia su inevitable explosión durante al menos los últimos 23 años, es decir, desde el momento en que el primer ministro Ariel Sharon hizo su provocadora marcha hacia Al-Haram al-Sharif.  Fue él quien encendió la mecha del movimiento nacionalista radical. Veinte años después, los colonos y las facciones religiosas han llegado a la cima y piensan seguir en ella.

En las dos décadas transcurridas desde la intrusión de Sharon, "Israel" ha sufrido una enorme metamorfosis. Bajo el mandato de Netanyahu, Israel ha virado con fuerza hacia la derecha, tanto política como culturalmente. 

Para que quede claro, sin duda hay un choque político. El bloque de Netanyahu está procediendo a destripar el sistema judicial. Pero "Israel" también ha entrado en una guerra culturalmente revolucionaria.  Smotrich dice con orgullo: "Soy fascista y homófobo, pero [no] ‘lapidaré a los gays’ (al menos por ahora)".

Las clases medias israelíes están en la calle, pero es poco probable que encuentren la fuerza interior para una lucha violenta.  Los mizrahi, los colonos y los religiosos tienen ganas de una, como acaba de demostrar el incendio de Hawara.

Pues tienen un propósito, y no es nuevo. Llevan años meditándolo. Los radicales lo dicen abiertamente. Y no se trata sólo de un cambio constitucional.  La "reforma" judicial es el trampolín para el gran choque demográfico que se avecina:  

El proyecto consiste en transferir el grueso de la población palestina de Cisjordania al este del río Jordán (es decir, a la propia Jordania), y vincular los derechos de los palestinos que queden al oeste del río a cualquier entidad soberana que surja como sucesora del Reino Hachemita (véase aquí un artículo de Ali Shihabi, estrecho asesor de MbS, del año pasado: "El Reino Hachemita de Palestina").

¿Cómo se desencadenará este "proyecto"? ¿Quizás una provocación en Al-Aqsa? Ben Gvir sube a Al-Aqsa prometiendo reconstruir el Tercer Templo en su lugar, o Cisjordania explota espontáneamente. Es necesario algún pretexto para desencadenar este proyecto, pero primero debe completarse la reforma judicial que faculta al Estado para tomar decisiones "excepcionales" sin revisión judicial, y desempoderar aún más a los palestinos.

Parece que Ariel Sharon fue clarividente: Previó que unos Estados Unidos debilitados probablemente se paralizarían y serían incapaces de actuar. Puede que aún tenga razón. Pero cualquier amenaza contra Al-Aqsa provocará conmociones en todo el mundo islámico y algún tipo de respuesta militar. Puede que Washington no quiera un conflicto regional, y desde luego no uno que implique a Irán y que pueda destruir a "Israel". Pero, ¿posee el Equipo Biden la energía o la voluntad para detener a los colonos?  Son despiadados y fanáticos.

Traducción al español para Geopolítica.ru por Enrique Refoyo

Fuente:  ¿Está "Israel" tramando una gran estrategia? | Al Mayadeen Español