¿Qué Europa frente al desafío estadounidense?

18.02.2025

Bastaría con estudiar. Bastaría con aprender de la dignidad mostrada por Claudia Sheinbaum, presidenta de México, frente a las amenazas y la arrogancia de Trump. Y, sin embargo, la Unión Europea ha ofrecido la habitual imagen de debilidad y decadencia. ¿Acaso alguien podía esperar algo mejor de Ursula von der Leyen y su banda? Obviamente no.

Y, sin embargo, el desafío de Trump podría y debería haber ofrecido la oportunidad de replantear el sentido mismo de la Unión. ¿Qué Europa construir sobre las ruinas de la farsa actual que se representa en Bruselas? ¿Qué Europa como alternativa al proyecto de Musk? Porque los seguidores de Musk son los mismos que se autodefinen patriotas o soberanistas y luego deciden proteger los intereses de las multinacionales estadounidenses.

Pero una idea de Europa es indispensable para sobrevivir. Y la idea de Elly, con la eliminación de las raíces y de la cultura europea para crear un Gran Indiferenciado, desprovisto de cualquier vínculo con la historia de su propia tierra, en favor de una sociedad de ciudadanos del mundo, no es una idea de Europa.

Y tampoco es una idea de Europa la de los soberanistas que sueñan con hablar en inglés, con ser oficialmente una colonia, con transformar Italia en un gran restaurante con playa incluida donde recibir a los amos angloamericanos, moviendo la cola en espera de una propina y una caricia.

No es una idea la de los centristas que sueñan con recoger, bajo la mesa, las migajas de los negocios de los multimillonarios estadounidenses.

No es una idea la de quienes se ilusionan con tener un papel actuando en solitario y enfrentándose a EE.UU. y China, o incluso solo a Turquía e India.

Pero quizás el colmo de la estupidez lo alcancen aquellos que quieren destruir el estado del bienestar y la industria europea para destinar el 5 % del PIB a la compra de armas estadounidenses con el fin de congraciarse con Trump.

Y no hay nadie que proponga una idea fuerte de una Europa que redescubra sus raíces, que las transforme en ideas para un desarrollo futuro y que vuelva a desempeñar un papel de inteligencia y belleza. No, es mejor conformarse con la retórica del Quirinale, el arte de Fedez y el nivel cultural de los protagonistas de Grande Fratello.

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