Militancia, terrorismo y cambio de régimen en Pakistán
La historia política de Pakistán nos recuerda acerca de la inestabilidad política y la continua lucha de las instituciones civiles por el poder bajo unas fuerzas armadas poderosas. La historia también muestra que cuando sea que el gobierno políticamente electo de Pakistán rechazó cumplir los intereses americanos, el ejército se metió y derrocó a gobiernos electos mediante la suspensión de la constitución. La historia del romance entre Pakistán y los EEUU empieza en el nacimiento de Pakistán. Casi tan pronto como Pakistán apareció en el mapa mundial, el líder soviético, Stalin, fue el primero que envió una carta de invitación reconociendo a Pakistán como estado soberano. Pero desgraciadamente, el liderazgo pakistaní rechazó su natural invitación de aliado para visitar Moscú mediante la zambullida en el campo americano. Como muestra de amistad, Pakistán recibió el asesinato de su primer ministro, Liaquat Ali Jan, desde América. Según los documentos desclasificados de la CIA; los EEUU asesinaron a Jan a través de Kabul en la búsqueda por el petróleo de Irán. Hoy muchos historiadores consideran que el rechazo de la invitación de la URSS a Pakistán fue una gran equivocación histórica de Pakistán, y como resultado Pakistán todavía se está enfrentando a las consecuencias. La amistad americana no dio nada a Pakistán excepto la separación en la forma de Bangladesh, el activismo, el terrorismo, y la inestabilidad política. Por desgracia, EEUU cambiaron por la fuerza a un Pakistán secular, liberal y progresista, en una fábrica de extremistas islámicos a través de las tácticas de cambio de régimen.
Tras la vergonzosa rendición del ejército de Pakistán en 1971 durante una guerra con India, la dictadura militar dejó el cargo y entregó el país al electo partido político izquierdista, Partido del Pueblo de Pakistán (PPP). El director del PPP Zulfikar Ali Bhutto, puso el país en la senda del desarrollo. Creó una nueva constitución e introdujo reformas en el país. Transformó su amistad con Mao Zedong en una amistad Pakistán-China. También intentó descongelar relaciones con la URSS mediante la invitación a esta para que invirtiese en Pakistán. Dio un nuevo concepto al socialismo islámico. Sus aspiraciones anti-imperialistas alarmaron a los EEUU. Invitó a todos los líderes musulmanes a Pakistán en 1974, y propuso la idea de un sistema bancario islámico con una moneda islámica. Pero cuando Bhutto rechazó detener el programa nuclear de Pakistán a pesar de las advertencias de Henry Kissinger, America derrocó su gobierno a través de un golpe militar.
Un seguidor de Bhutto dijo, “…vimos que en 1977 Bhutto fue sacado y ejecutado a toda prisa. Y en solo 24 meses, Rusia estaba en Afganistán (diciembre de 1979) y Pakistán, EEUU, Arabia Saudí y otros estaban todos juntos haciendo un “yihad islámico” contra los comunistas. Toma más que un año el planear una invasión tan grande o un contraataque tan efectivo ¿no?... Tanto la CIA como el KGB sabían lo que ambos estaban haciendo, planeando… Pero Bhutto fue el “comodín” en el plan total del juego occidental. Lean su libro ‘Si soy asesinado… os lo cuento todo’”. (La CIA envío a Bhutto al patíbulo).
Desgraciadamente, es cierto que el general en jefe del ejército, Zia Ul Haq, como herramienta de la CIA, empujó al país hacia la oscuridad bajo las sombras del Yihad islamista del Pentágono. Zia era el tío favorito de Israel, lo cual se debe a que a través de la instalación de Zia, el Pakistán secular fue transformado en una fábrica de extremistas islámicos. En aquel tiempo el jefe del ejército pakistaní se había convertido en el padrino de los Muyahidines. Mediante la creación de una alianza Mullah-Militares, la santa yihad islámica fue lanzada en Afganistán con armas israelíes. Extremistas suníes –Wahabies y Takfiries- fueron exportados desde países musulmanes por Arabia Saudí a Pakistán en el nombre del Yihad. El ejército pakistaní fue los entrenó y los introdujo en Afganistán contra la URSS. Además de la guerra afgana, la alianza Mullah-Militares dentro de Pakistán introdujo duras medidas contra los grupos progresistas, seculares y liberales de la sociedad. Políticos e intelectuales fueron encarcelados, se introdujo la censura en los medios de comunicación, y los periodistas recibieron latigazos públicamente. La música, el cine, incluso la cultura estuvieron bajo ataque por este ejército apoyado por extremistas de los mullah.
El patrocinador jefe de la militancia, Zia, dijo una vez a finales de 1981: “Pakistán es como Israel, un estado ideológico. Quita el judaísmo de Israel y caerá como un castillo de naipes. Quita el islam de Pakistán y lo convertirá en un estado secular; se colapsaría”.
La historia ha mostrado que no es el secularismo sino los propios terroristas creados por el ejército pakistaní, lo que es la única amenaza de colapso para Pakistán.
No solamente Pakistán y Afganistán, sino también Palestina también es víctima de la brutalidad de Zia. Sobre el asesinato de 250.000 palestinos por el ejército pakistaní, Zia fue premiado con el más alto honor jordano por los servicios prestados.
Según el estudioso izquierdista de Pakistán, Lal Jan, “la intensidad de la masacre realizada por Zia ul Haq y el rey Hussein fue tal que uno de los padres fundadores de Israel, Moshe Dayan, remarcó cínicamente: “El Rey Hussein, con ayuda de Zia ul Haq del ejército pakistaní, envió su ejército beduino el 27 de septiembre para limpiar las bases palestinas en Jordania. Hussein asesinó más palestinos en 11 días de los que Israel pudo asesinar en 20 años”. También, un año más tarde, participaron en la sangrienta guerra civil y masacres en Bengala oriental. De nuevo, en la década de 1980, Zia ul Haq, que era ahora la cabeza del estado, alquiló las instituciones militares pakistaníes al imperialismo americano y forjó el “dólar yihad” para derribar la revolución afgana de 1978.
Rápidamente, como herramienta del cambio de régimen, Zia había convertido el terrorismo en un activo estatal. Desde 1980 hasta la fecha, Pakistán y Afganistán están sufriendo por el terrorismo.
La división religiosa y Pakistán como centro de representantes entre Arabia Saudí e Irán
Después de Irán, Pakistán es el segundo país con más población chií, con una mayoría sunní. La revolución islámica de Irán y la política de islamización de Zia fueron las principales razones de la división confesional de Pakistán, y ahora la cuestión confesional se ha convertido en el factor desestabilizador importante en los ámbitos político, social, religioso y de seguridad del país. No solamente es la causa de los disturbios, desórdenes, y violencia en la sociedad, sino también el conflicto confesional ha dado como resultado miles de muertes desde ataques suicidas, explosiones de bombas, asesinatos y otros actos terroristas en Pakistán. Arabia Saudí e Irán están directamente involucrados en la promoción de sus respectivas confesiones.
Siendo un patrocinador de la guerra afgana, Arabia Saudí se benefició por el surgimiento de un jugador dominante en el mundo musulmán, y por la exportación de su ideología violenta a Pakistán y Afganistán para contrarrestar la influencia iraní. La ideología Wahabí fue inyectada en la población sunní en Pakistán con financiación saudí. Cientos de mezquitas y madrasas (seminarios) fueron construidas, y también fueron creados y financiados grupos militantes sunníes por Arabia Saudí. Después de Siria, Pakistán también se la considera ahora el campo de batalla entre los representantes de Arabia Saudí e Irán.
En Pakistán, no solamente los chiíes sino también otras minorías tales como los Ahmadi, Ismali, Cristianos, Hindúes, y Sijs, todos están bajo ataques de grupos extremistas y el estado ha fracasado en protegerlos. Los actores estatales, en vez de buscar el tratamiento y resolución del conflicto que ha dividido a los musulmanes en grupos sectarios, ha intentado explotarlo por tema de objetivos políticos.
La retractación y la política de reevaluación
La militancia, el terrorismo, la mala ley y la situación del orden, la inestabilidad política y los experimentos de cambio de régimen, la violencia sectaria y las revoluciones de colores han transformado a Pakistán en un estado frágil. Siendo el mayor aliado de América, Pakistán actuó como un vasallo americano. Washington deliberadamente transformó a Pakistán en Problemistán para lograr sus objetivos occidentales.
Tras la serie de acontecimientos en relación a la violación de soberanía a través de la guerra aerotransportada, el poder establecido de Pakistán tomó medidas audaces contra el juego sucio de américa mediante la revisión de su “estatus especial”. Se ordenó a las fuerzas americanas que abandonasen el país. Los servicios Blackwater/Xe fueron clausurados y todas las células operacionales encubiertas en Karachi, Peshawar, Islamabad, y otras ciudades fueron cerradas por la fuerza después de estrictas acciones de las autoridades pakistaníes. Pakistán introdujo nuevas regulaciones para monitorizar las ONG internacionales y la financiación extranjera. Las bases aéreas de drones de la CIA fueron desalojadas de Pakistán, y ahora recientemente tras el ataque con drones americanos en Baluchistán, la estricta reacción diplomática de Pakistán y advertencia a los EEUU insinuó que Pakistán ya no es más un estado vasallo donde las fuerzas americanas pueden aterrizar en cualquier momento.
Pakistán no solamente ha derrotado a los delegados de EEUU, sino que ha reevaluado sus relaciones diplomáticas con EEUU. Pakistán es el único país que sobrevivió a la guerra americana contra el terrorismo. De hecho, como Irak, Libia y Afganistán, Pakistán también estuvo en la lista de objetivos. Por tanto, todos los problemas que las gentes de Pakistán están sufriendo, se originaron por la invasión americana de Afganistán. Como otros órganos estatales, los medios de comunicación pakistaníes también habían sido usados como máquina de propaganda americana en la campaña de la guerra americana contra el terror contra su propio país. Canales de televisión privados y periódicos, recibían financiación directa de la oficina presidencial americana. Brevemente, la guerra secreta de los EEUU en Pakistán no solamente había llevado a Pakistán al borde del colapso sino también empujó a Pakistán y la India a la guerra. Incontables acontecimientos de falsa bandera fueron escenificados por los servicios Xe en el subcontinente para malograr las conversaciones de paz entre India y Pakistán.
El cambio estratégico total de Islamabad con Beijing, cambió todo el escenario de la región. En mayo de 2011, cuando Pakistán y los EEUU estaban cerca de una guerra abierta, Beijing –el amigo para siempre de Islamabad- dio un ultimátum nítido a Washington de que cualquier ataque sobre Pakistán sería interpretado como un ataque sobre China. Según los informes, esta dura advertencia representa el primer ultimátum estratégico conocido que ha recibido los Estados Unidos en medio siglo, retroediéndo hasta las advertencias soviéticas durante la crisis de Berlín de 1958-1961, e indica el grave peligro de crecimiento bélico fuera de la confrontación EEUU-Pakistán.
Ahora, tras unirse a la iniciativa de la Ruta de la Seda China, Pakistán está yendo a repararse y reajustarse a través de la introducción de reformas desde el nivel institucional a las unidades básicas, porque un Pakistán estable y fuerte está a favor de China. Para este propósito, Pakistán lanzó la operación militar no discriminadora “Zarab e Azab” contra terroristas y militantes. Fueron establecidos tribunales militares especiales para los terroristas y fue introducido un mecanismo efectivo para eliminar la militancia del país bajo el Plan de Acción Nacional (PAN), que fue establecido por la enmienda 21 a la constitución de Pakistán. Mientras tanto, el periodo de tiempo dado a este plan de acción fue de dos años, que está ahora cerca de terminar.
Tras la implementación de 20 puntos del PAN, Pakistán ha conseguido muchos éxitos en la lucha contra la militancia, pero asfixiar la financiación del terror bajo el PAN es un gran desafío porque muchos grupos terroristas y organizaciones religiosas extremistas están financiados directamente por otros países musulmanes. Sin embargo, el gobierno está intentando escanear todos los canales de dinero que llegan desde países extranjeros mediante la ejecución del PAN. Para este propósito, aproximadamente fueron sellados más de 200 seminarios y fueron congeladas sus cuentas en bancos extranjeros para detener la expansión del extremismo, pero si el gobierno anuncia una prohibición en el nombre de una organización, después aparecerá con otro nombre y cuenta bancaria. El gobierno solamente puede rastrear canales de dinero a través del sistema bancario mientras que la mayoría de las organizaciones de terroristas y grupos religiosos no registrados, están en contra del sistema bancario y nunca usan los bancos. Es más, Pakistán solicitó a Arabia Saudí, Irán, EAU, y otros países del golfo que detuvieran la financiación de terroristas. Pero el gobierno ha fracasado en obtener la cooperación de esos países debido a presión interna, pues las organizaciones caritativas musulmanas que vienen de los países del golfo son la principal fuente de extremismo y militancia. Desgraciadamente, el gobierno y sus instituciones han fracasado en escanear aquellas organizaciones caritativas que son usadas para promover la violencia sectaria y la ideología extremista. Para este propósito, Pakistán tendrá que tomar pasos audaces para los intereses más grandes del país.
Una gran oportunidad para prevenir a los árabes de usar su tierra para sus delegados fue perdida por Pakistán. Recientemente, el tribunal supremo de Pakistán prohibió la caza del pájaro migratorio en peligro, avutarda hubara, pero desgraciadamente por súplica del Gobierno de que la caza es el uno de los pilares de la política exterior de Pakistán con los países del Golfo, el tribunal ha declarado su propio juicio nulo y sin valor. Si el gobierno está a favor de la caza de un pájaro migratorio en peligro de Asia central, deberían ser introducidas medidas especiales para prevenir el juego sucio árabe contra Baluchistán e Irán.
Es muy necesario que Pakistán deba mantener lejos de cualquier teatro de guerra que vaya a ser escenificado por el maestro del caos. Pakistán ya ha rechazado unirse a la coalición saudí contra Yemen, y ahora debería rechazar la alianza OTANesca saudí. Pakistán tiene que aprender de su historia. La guerra contra el terror que Pakistán está padeciendo, no era la guerra de Pakistán. Esta guerra fue realizada contra Pakistán deliberadamente a través de tácticas de cambio de régimen. La empresa conjunta de EEUU y los saudíes arrancó la verdadera cara de Pakistán al convertirla en una fábrica de yihadistas. Lo mismo ocurrió con Afganistán. Ahora Pakistán está buscando su identidad nacional real. El extremismo no es parte de su identidad nacional. El extremismo no es parte de su cultura, así que puede ser fácilmente derrotado a través del desarrollo que ya está llamando a su puerta.
El fin de la política “agradar-golpear” y la reparación
Pakistán está revisando sus relaciones con los EEUU y está yendo a reparar el daño mediante la aproximación a Rusia y China. Medios locales prooccidentales lo presentaron como el aislamiento de Pakistán. De hecho, la inclinación estratégica de Pakistán hacia china y Rusia es un acto contra la hegemonía multipolar. Por tanto, los partidarios unipolares están dando la espalda a Islamabad y están dando preferencia a Neuva Delhi, y ya encontraron a la Inda de Modi como un aliado donde sus fuerzas pueden aterrizar. Este autor escribió sobre este nuevo alineamiento en un artículo: “Parece que India va a tomar un giro total mediante por la unión a la alianza anti-regional encabezada por EEUU, para bloquear los proyectos de desarrollo regionales próximos que ha alcanzado con su vecindad. El actual movimiento de Modi para unirse a la coalición anti-China encabezada por EEUU dibujó preocupación creciente tanto domestica como internacionalmente, pues la región ya está al borde de la guerra por disputas territoriales”.
Las ambiciones de EEUU para preparar a India contra China y castigar a Pakistán por unirse a China son alarmantes y peligrosas para la paz en la región. El nexo India-EEUU contra la circunvalación de China y Pakistán puede ser observado desde el mar del sur de china hasta el sur de Asia. Mientras que por el otro lado, los juegos de guerra de la OTAN encabezada por EEUU contra Rusia en el mar negro insinuaron que los EEUU quieren guerra para prevenir la multipolaridad del globo. Este es el motivo por el que la OTAN rodea a Rusia. Así, en este escenario, Pakistán no está aislado, sino que ha encontrado alternativas multipolares mundiales. Por tanto, ahora China, con el respaldo de los estados de Asia Central, está arreglando el daño de Pakistán a través de la asistencia económica.
En este escenario, los EEUU están utilizando la situación hostil interna de Pakistán para persuadirles y alcanzar objeticos. Ahora es tiempo para que Pakistán aprenda desde las comprensiones de Zulfikar Ali Bhutto, pues él caracterizó la política americana hacia Pakistán como una aproximación “agradar-golpear”. Por desgracia, la situación de Pakistán está sometida por américa a través de esta aproximación una y otra vez. Ahora tanto China como Rusia están preparadas para reparar el daño a Pakistán que fue administrado por los EUU, es el momento para que Pakistán trace la línea para que la hegemonía de los EEUU en el sur de Asia pueda ser minimizada a través de la integración regional pacífica. Si Pakistán no hace esto, los EEUU continuarán imponiendo sus objetivos estratégicos sobre Pakistán.